Viajar a Ushuaia es algo que todo viajero debería hacer, al menos, una vez en la vida. Y no sólo porque se trate de la Ciudad del Fin del Mundo. Ushuaia es, por sí misma, una ciudad con mucho carácter. Es la única ciudad argentina que está del otro lado de la cordillera, la más austral del planeta y el punto de partida para viajar al continente blanco.
A pesar de ser pequeña, el entorno natural y el punto geográfico en el que se encuentra, permite que pueda ofrecer una infinidad de alternativas. Desde paseos familiares, pasando por navegaciones, excursiones de aventura y deportes de riesgo.
Es la segunda ciudad más poblada de la isla Grande de Tierra del Fuego y la octava de la Patagonia argentina. En otra posición relevante, es la tercera capital provincial menos poblada del país, después de Rawson y Viedma.
El clima es muy cambiante, tanto por las variaciones estacionales como por las que se producen dentro de un mismo día. Debido a su localización, la cantidad de horas de luz solar varía ampliamente según la época: en verano la luz del sol perdura por más de diecisiete horas al día, mientras que en invierno la luz natural sólo se mantiene durante aproximadamente siete horas.
Entre otras curiosidades, la cárcel del presidio contaba con la línea de ferrocarril más austral del mundo, que conducía a los penados desde el presidio a los campos de trabajo situados en lo que actualmente es el parque nacional Tierra del Fuego. En la actualidad tal línea férrea se ha reactivado con fines principalmente turísticos.